El escondite.
Haz una lista de juegos tradicionales:
·La rayuela · El escondite.
· El parchís. · El pilla-pilla.
· Piedra, papel o tijera. · Balón prisionero.
· Estirar la cuerda. · Policías y ladrones.
· Las canicas. · El pollito inglés.
· El aro. · El elástico.
· El juego del pañuelo. · La comba.
· Canciones de saltar. · Caballería.
· La silla. · Las chapas.
· Yoyo. · Trompo.
· Careras de saco. · La oca.
· El pañuelo. · La carretilla.
· Gallinita ciega. · Tres en raya.
· Torito en alto. · Gato y ratón.
· Cuatro esquinas. · El teléfono.
· Piedra, papel o tijera. · Zapatito blanco, zapatito azul.
El juego que yo voy a realizar va a ser el escondite.
Esto juego consiste en que uno de los niños/as cuenta, normalmente contará hasta 10, 20 o 50 (según la edad del niño/a), mientras sus compañeros/as se esconden. Cuando haya terminado de contar deberá decir "ya voy" o "quien no se haya escondido tiempo a tenido". Una vez dicho esto tendrá que ir a buscar a sus compañeros/as. Cuando vea a alguno/a de sus compañeros/as deberán salir corriendo y para ser pillado, el niño/a que haya contando deberá de tocar al que se escondía, este para poder librarse deberá de llegar sin ser cogido al sitio donde se estaba contando y decir "por mi".
Una variante de este juego que podrán decidir los propios niños/as si quieren jugar así o no es, que si llega uno niño/a donde se esta contando y dice "por mi y por todos mis compañeros pero por mi primero", todos los niños/as que ya hayan sido pillados pueden volver a salir corriendo y esconderse de nuevo.
El juego es la actividad más importante de los niños/as. A través de él, desarrollan sus capacidades físicas y mentales. También desarrollan sus habilidades sociales y su autoestima. Es la herramienta básica de aprendizaje infantil. A partir de los 3 años, el juego comienza a ser simbólico, los cual indica un avance cognitivo importante en el niño y comienzan a entender el juego de reglas, aunque este último no comienza a sobreponerse hasta que llegan a los 6 años.
Es importante puesto que en estas edades el niño/a va a comenzar a desarrollarse de una manera más compleja, haciendo actividades más elaboradas, para ir introduciendo nuevos conocimientos. De esta forma, el juego contribuye a su maduración psicomotriz, cognitiva y física además afirma el vínculo afectivo con sus padres y favorece la socialización.
Al momento de la incorporación a la escuela (3-6 años), el juego forma parte de la escuela y del hogar, y es cuando a través del juego, los niños imitan la realidad, representando lo que han vivido o desean vivir, permitiéndose exteriorizar sus emociones como alegrías, tristezas, frustraciones, etc.
Todo esto contribuye a diferentes capacidades del niño/a:
Físicas: Permite diferentes movimientos que los ejercita y ayuda a su coordinación psicomotriz ya que con esta edad están más desarrollados que cuando son más pequeños/as, contribuye a la disminución de riesgo de sobrepeso y obesidad, y les permite dormir mejor durante la noche.
Desarrollo sensorial y mental: Es favorecida por la discriminación de formas, tamaños, colores, olores, texturas, etc.
Afectivas: Al experimentar sus emociones como sorpresa, alegría, expectación, etc.
Creatividad e imaginación: Es parte innata del juego, permite su desarrollo y fortalecimiento.
Formación de hábitos de cooperación: Al interactuar con iguales favorece un vínculo afectivo y vínculos de cooperación.
Conocimiento del cuerpo: Comienzan a conocer las partes del cuerpo de manera más especifica.
Ya de los 3-6 años, el niño/a deja el juego individual un poco más apartado por lo que es importante que con esta edad empecemos a realizar juegos compartidos y por grupos, como puede ser el escondite. Esto favorecerá sus relaciones sociales, el trabajo en equipo, la igualdad, el respeto...
Con este juego se trabajará la toma de decisiones. Los niños/as deberán elegir en qué sitios esconderse y en cuáles no hacerlo. También deberán de pensar los posibles lugares donde se pueden esconder el resto de sus compañeros/as por lo que también se desarrolla la lógica. Permite el desarrollo de las funciones ejecutivas. Además de la motricidad gruesa y repasarán los números que ya conocen. Siguen unas normas sociales, puesto que tienen que respetar las reglas.
También se trabajará la memoria, para retener ciertas normas y mantenerlas en la memoria mientras se juega. La capacidad de inhibición de respuestas y autocontrol para permanecer sin mirar mientras se cuenta, o permanecer en silencio mientras se está escondido. El ingenio creativo y la paciencia también son unos puntos fuertes en este juego.
Objetivos que queremos cumplir con este juego:
· Desarrollar la motricidad gruesa.
· Fomentar la lógica.
· Repasar los números.
· Desarrollar la capacidad de autocontrol.
· Practicar la paciencia.
· Trabajar en las relaciones sociales.
· Fomentar el juego en equipo.
· Desarrollar el ingenio.
· Iniciar al niño/a en las normas sociales.
· Beneficiar la comunicación verbal.
· Ejercitar el cerebro.
· Ayudar a comprender las reglas.
· Estimular la creatividad.
¿Qué aportan los juegos tradicionales?
Los juegos tradicionales promueven las habilidades sociales, porque al jugar en grupo, los niños/as aprenderán a respetar las rondas y las reglas del juego, y conocerán a otros niños/as construyendo o fortaleciendo lazos de amistad. A través de la práctica se desarrollan diferentes habilidades motoras.
Mejoran algunas habilidades útiles en diferentes campos como son: conocimiento de sí mismo y autonomía personal, conocimiento del entorno, Lenguajes: Comunicación y representación. Ayudan a los niños/as a socializar y ganar confianza. Son ideales para que los niños/as disfruten de su tiempo libre en la naturaleza. Favorecen la visión espacial o el equilibrio y mejoran la motricidad.
Mantienen viva la memoria lúdica, fortalecen las destrezas, habilidades, valores y actitudes necesarias para un desarrollo integral, favorecen los vínculos, es decir, la relación con los demás, enseñan a los niños/as a ser solidarios, a compartir, a esperar su turno, a valorar el rol del otro, a establecer relaciones fuertes y duraderas, a ser felices...
Además con la mayoría de los juegos se corre, se salta, se baila. Con ello se adquiere más fuerza muscular y coordinación.
También se tienen vivencias inolvidables fuera del entorno familiar, se relacionan niños/as de la misma edad, con sus mismas inquietudes y pensamientos. Se aprende a compartir con los demás niños/as. Se comparten tanto juguetes o herramientas de juego como vivencias. Se desarrolla la imaginación. No hace falta tener un juguete elaborado ni algo muy costoso. Los juegos desarrollan el uso del propio cuerpo o de los elementos que nos ofrece la naturaleza o materiales de uso diario.
Los juegos tradicionales se pueden realizar en cualquier momento y lugar. Se crean unos lazos de amistad que perduran en la mayoría de los casos durante toda la vida. Los amigos de juegos de la infancia, pasado el tiempo, los recordamos con un cariño muy especial, al igual que todos los recuerdos de esa etapa de nuestra vida.
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